Como se ha mencionado anteriormente, la salud mental no sólo depende de la persona, sino también del contexto en el cual vive, y por consiguiente es un asunto de responsabilidad compartida, tanto por cada individuo como por la familia y las instituciones (las instituciones educativas, las de salud, las de cultura y demás), que deben buscar por todos los medios posibles, la generación de entornos en los cuales las personas puedan satisfacer sus necesidades básicas de seguridad, vivienda, alimento, trabajo, seguridad social y salud.
En definitiva, hay que tener presente que las condiciones económicas desfavorables, como el empleo informal , pobreza, la falta de servicios públicos, entre otras, se asocian a alteraciones emocionales en comunidades urbanas.
Tomado de: Núñez, A; Tobón, S (2005). Terapia Cognitivo-Conductual (p 110). Manizales.
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